Philby, el espionaje que surgió del frío

Introducción

El espionaje, en nuestro siglo, se ha convertido en una actividad consustancial a la de la política internacional, tanto que hoy es impensable que un estado subsista sin que a su sombra aniden los geniales y odiados espías, esos hombres y mujeres que proporcionan a los que mandan la información precisa para gobernar a sus pueblos y dominar o destruir a los demás. El caso de Harold «Kim» Philby, que consiguió escapar a Rusia en 1963, es quizás uno de los más controvertidos de todo nuestro siglo. Él y el denominado «círculo de Cambridge» obligaron a la historia del siglo XX a discurrir por un cauce algo distinto del que llevaba y proporcionaron a la unión soviética elementos de información de tanta envergadura como para permitir que el estado de los bolcheviques no sólo sobreviviera a su primer gigantesco rival exterior —el nazi-fascismo —, sino que lograra además nivelarse y tratar de tú a tú al núnero dos Occidental que Estados Unidos capitanea.

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