Ovario

Anatomía y fisiología

El ovario es un órgano que en el embrión se halla en la región lumbar y hacia el tercer mes de vida progresa en dirección a la zona pélvica, donde se fija, por una serie de ligamentos, a las trompas, al útero y a la pelvis. Su aspecto, forma, función y tamaño son variables y dependen de la edad evolutiva de la mujer. Es pequeño y liso en las niñas, experimenta su mayor desarrollo en la pubertad y durante la etapa fértil, y se atrofia después de la menopausia. Su superficie es blanquecina y está constituida por la membrana epitelial germinativa, por debajo de la cual se encuentra la albugínea, de naturaleza conjuntiva, y se hace más rugosa con el paso de los años debido a los cambios foliculares. El interior del ovario se halla surcado por multitud de elementos foliculares (unos 400.000), llamados folículos primordiales, de los cuales sólo tendrán oportunidad de proliferar y madurar cíclicamente unos 400. En la mujer adulta joven quedan sólo unos 34.000. Su número continúa disminuyendo hasta la menopausia, cuando los pocos folículos que quedan involucionan y los ovarios se retraen y producen mucho menos estrógeno. Coincidiendo con los períodos de maduración folicular del ciclo menstrual, se producen una serie de cambios hormonales dependientes de la actividad hipotálamohipofisaria. El ovario está irrigado por la arteria ovárica y su drenaje venoso corre a cargo de la vena uteroovárica, que desemboca en la vena cava inferior; su inervación depende del plexo ovárico.

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