Literatura brasileña

Orígenes

Desde la Carta de Pêro Vaz de Caminha comunicando el descubrimiento al rey don Manuel de Portugal (1500) hasta el Tratado descriptivo do Brasil (1587), el siglo XVI abundó en descripciones, cartas e historias más o menos imaginativas, realizadas por viajeros portugueses, franceses y alemanes. Sin embargo, fueron las misiones jesuitas los primeros centros de creación literaria de Brasil. Los misioneros, en su empeño por convertir a los indígenas, crearon obras de catequesis que incluyeron poemas, piezas de teatro litúrgico, crónicas y tratados lingüísticos. La obra del padre José de Anchieta fue la más característica de esta primera producción de orientación religiosa; su poema Os feitos de Mém de Sá (1563; Las obras de Mém de Sá) marcó el comienzo de la literatura colonial. En éste y en otros trabajos literarios eran ya evidentes el amor por la nueva tierra, el elogio de sus posibilidades y riquezas, y la estima por sus habitantes autóctonos, los indios. Tampoco los seglares permanecían inactivos, el primer poeta laico que elogió a Brasil fue Bento de Teixeira, cuya Prosopopéia (1601), poema épico que cantaba la conquista de Pernambuco, fue tenida como la primera obra literaria independiente de la literatura nacional.

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