La gran época del cine mudo

Poemas visuales

Algunas obras de madurez del cine mudo —producidas en los años anteriores a su aniquilación en 1928, gracias al éxito de la mediocre El cantor de jazz — llegaron a alcanzar la milagrosa cualidad de poemas visuales, lo más cercano que ha llegado a estar el cine de la música. Los prejuicios de nuestra perspectiva actual, o de algunos historiadores, pueden haber hecho creer que el cine mudo (ya en español, o en francés, tiene el nombre cierta connotación de carencia, frente al silent movie inglés) fue un arte limitado, a la espera del sonido redentor; sin embargo, había habido múltiples intentonas de añadirle el sonido y, si los problemas de sincronizarlo con la imagen o de amplificarlo para grandes salas tardaron en ser resueltos, en una fecha tan temprana como 1922 el inventor Lee de Forest resolvió el problema registrando el sonido no sobre discos, sino sobre la misma película, tal y como se sigue haciendo hoy.

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