Jerusalén celestial con las doce puertas, orientadas, de tres en tres, hacia cada uno de los puntos cardinaless, s. VIII. Comentario al Apocalipsis escrito por el monje asturiano Beato de Liébana Visión con que termina, en la iconografía cristiana, el Apocalipsis. Esta visión ha sido representada en la historia del arte como una ciudad resplandeciente de oro y piedras preciosas, rodeada por un recinto cuadrado (símbolo de la inmutabilidad divina) de murallas, en cuyos ángulos suelen aparecer cuatro torres, que simbolizan a los evangelistas, y en el cual se abren doce puertas, que pueden corresponder a los signos del Zodíaco, a las tribus de Israel o a los doce apóstoles. Esta representación aparece desde los inicios de la Edad Media, como en los mosaicos de Santa María la Mayor, en Roma (s. V), pero a veces su simbología se pierde al inspirarse los artistas en ciudades existentes, como en los mosaicos de Santa...