Arte hispanomusulmán

Arte emiral

Las primeras manifestaciones del arte emiral de las que se tiene noticia fueron la mezquita Blanca de Zaragoza (718) y la de Hádira Elvira, cerca de Granada. Con Abd ar-Rahman I se inició en Córdoba, la capital del emirato, la construcción de una gran mezquita, en el lugar que ocupaba la basílica visigoda de San Vicente. Inspirada en ejemplos orientales y de Túnez, presenta, no obstante, características peculiares por el aprovechamiento de materiales, fustes y capiteles de obras romanas o hispanas de tiempos visigodos (Mezquita de Córdoba). En el s. IX, bajo el mandato de Abd ar-Rahman II, se erigió en Mérida una gran alcazaba, aún en pie, para pacificar los territorios sublevados. No obstante, son escasos los restos que se conservan de este período: la base del alminar cuadrado de la mezquita de Sevilla, algunas muestras de la ampliación hacia el S. que se llevó a cabo en la Mezquita de Córdoba, el alminar que se encuentra bajo una de las torres de la iglesia de San Juan de Córdoba y los vestigios de la mezquita de Tudela. Si bien en lo constructivo no se introdujeron innovaciones de importancia, sí las hubo en lo decorativo, donde cabe distinguir la ornamentación de algunos capiteles, de influencia oriental, y la de la puerta de San Esteban en la Mezquita de Córdoba.

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