Evolución histórica Sin maquinaria y con muy poco equipamiento científico, los dos amigos se pusieron a trabajar en sistemas de grabación de audio. Su primera apuesta fue el telegráfono, un sistema de registro de sonido sobre un carrete de hilo de acero, pero abandonaron este propósito cuando vieron por primera vez un magnetófono. Ese sería el primer producto de la empresa que más tarde se convertiría en todo un imperio mundial de la electrónica. Después vendrían las radios y los transistores, con los que Totsuko trataría abrirse camino en el mercado estadounidense. En sucesivos viajes a principios de la década de los 50, los gerentes de la compañía se dieron cuenta de que el nombre de Totsuko suponía un problema comercial, ya que resultaba difícil de pronunciar para los occidentales. Entonces comenzaron a buscar una marca más sencilla, fácil de leer y de recordar en cualquier idioma.