Esparta, Atenas y el nacimiento de Roma

21/04/2009 8.848 Palabras

Introducción «Vírgenes de los muslos desnudos»: así les llamaban los griegos. Joven espartana. Bronce, fin del siglo VI a. de C. Londres, British Museum. Si las ciudades griegas de Asia habían tenido que aceptar, en ayor o menor medida, el proectorado de sus poderosos vecino (los frigios, los lidios y luego los persas), tras las conquistas de Ciro y de Darío, las ciudades griegas de Europa se desarrollaron en un ambiente distinto. ¿Qué es la polis (término griego que significa «ciudad», del que se deriva «política»)? Es un territorio limitado, agrupado en torno a un centro urbano: un territorio muy reducido, cuyos habitantes se cuentan por decenas de millares. El origen de las ciudades es poco conocido. Encarnizadamente apegadas a su independencia, se enfrentan unas a otras en continuas luchas. Argos, Tebas, Corinto, Sicione, Orcomene, todas las ciudades, de norte a sur, se extenúan en innumerables guerras entre vicisitudes y triunfos oscuros. Dos ciudades, con un desarrollo y un destino muy diversos, emergen de aquel conjunto turbulento: Esparta y Atenas.

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