Espacio natural de la Sierra de Ancares

El medio físico

La sierra de Ancares constituye una estribación occidental de la cordillera Cantábrica, y sus características geológicas así lo confirman. Las rocas predominantes en el esqueleto pétreo de esta sierra están formadas por cuarcitas y pizarras entre las que asoman algunos afloramientos de granito, de inconfundible origen metamórfico. Su elevación a grandes alturas ha favorecido que los agentes erosivos, especialmente el agua, muy abundante en la zona en forma de precipitación, hayan ido realizando un constante trabajo de desgaste de las cumbres, que han acabado por perder parte de su original agresividad y en la actualidad muestran unos cabezos algo redondeados. Entre los picos, cuya máxima altitud se localiza en el de la Cuiña, con 1.987 m, se esparce un buen número de valles excavados por los arroyos y ríos que descienden en acusada pendiente y continúan desgastando las rocas. En las zonas bajas, los valles se ensanchan y permiten el aprovechamiento agrícola, generalmente de pastos dedicados a la ganadería, actividad que ha sido el motor económico de los habitantes del área durante muchos años.

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