Demografía, salud y riqueza

Indroducción

¿Qué hacer? En consecuencia, para detener la actual explosión demográfica sólo parece teóricamente posible atender a que el mundo subdesarrollado se desarrolle o recurrir a una planificación familiar a gran escala. Ni una ni otra medida parecen demasiado factibles, puesto que la propia explosión demográfica de una comunidad es un auténtico freno para su desarrollo, mientras que una contención voluntaria basada en decisiones individuales no es tampoco demasiado imaginable en un medio cultural frágil. Mientras tanto, los problemas sociológicos derivados de esta explosión demográfica desbordan los límites de cualquier aproximación parcial al fenómeno y plantean, forzosamente, la consideración acerca de cuál es el límite máximo de población humana que puede soportar el planeta. Algunos comités internacionales de estudio –por ejemplo, el Committee on Resources and Man– lo han calculado en una cifra aproximada de unos 30 000 millones de individuos, que al ritmo actual se alcanzaría hacia el año 2075. Sin embargo, esta cifra «es muy próxima, si no superior –como decía aquel informe– al máximo que un mundo intensamente utilizado puede esperar sostener con cierto grado de confort y libertad individual». Sólo si de inmediato empezaran a aplicarse medidas de control eficaces podría lograrse una cierta estabilización, alrededor de los 10.000 millones de individuos, para el año 2050.

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