Conferencia Euromediterránea

Conferencia Euromediterránea de Barcelona, 1995

La I Conferencia Euromediterránea se reunió en Barcelona los días 27 y 28 de noviembre de 1995, a petición de la Unión Europea, consciente de abrir una nueva etapa en las relaciones con sus vecinos mediterráneos para constituir una zona común de "estabilidad, paz y de cooperación económica". Asistieron todos los ministros de Exteriores de la UE más los responsables diplomáticos de sus 12 socios mediterráneos: Israel, Turquía, Chipre, Malta, Jordania, Egipto, Argelia, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez, así como la Autoridad Nacional Palestina, que estuvo encabezada por su presidente, Yaser Arafat. Como invitados especiales acudieron el ministros de Asuntos Exteriores de Mauritania y los secretarios generales de la Liga Arabe y de la Unión del Magreb Arabe (UMA), quien representó a Libia, sometida por la ONU desde 1992 a un embargo económico y un bloqueo aéreo y marítimo. La Conferencia de Barcelona aprobó una declaración final, con una única puntualización -de carácter verbal- de la delegación libanesa sobre el derecho de autodeterminación. El documento aprobado abarcaba tres áreas fundamentales de acción -política, económica y social- en la que se desarrollarían a partir de ese momento las relaciones euromediterráneas. En el plano político se sentaron las bases para "un área común de paz y estabilidad" a ambos lados del Mediterráneo basado en el diálogo y el compromiso de "respetar la igualdad de la soberanía de los Estados asociados" y "resolver sus disputas por medios pacíficos". Así mismo, los firmantes se comprometieron a "respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales", "luchar conjuntamente contra la expansión y diversificación del crimen organizado y combatir el problema de las drogas". El texto contempló también los aspectos sociales, culturales y humanos para "desarrollar los recursos humanos, promover el entendimiento entre las culturas e intercambios entre las sociedades civiles". Respecto a la cooperación económica y financiera para crear una "zona común de prosperidad compartida" entre sus 800 millones de ciudadanos, el documento fijó como objetivo el establecimiento de una área de libre comercio en el horizonte del año 2010, la cooperación económica y un aumento sustancial de la asistencia financiera de la UE a sus socios. En el aspecto técnico, los trabajos de la Conferencia quedaron garantizados por los servicios de la Comisión Europea y el intermedio, por un Comité Permanente. Este Comité Permanente, denominado Comité Euromediterráneo del Proceso de Barcelona, está integrado por altos funcionarios de la "troika" comunitaria de turno (España, Francia e Italia durante ese semestre) y de cada uno de los 12 países asociados; y según se estipuló, debía reunirse regularmente para hacer el seguimiento y poner en marcha todas las actuaciones acordadas. Los trabajos de este grupo servirían de base para las reuniones bianuales (Malta 1997 y Stuttgart 1999) de los ministros de Exteriores de los países participantes. La Conferencia de Barcelona dio pie también a conferencias sectoriales y foros de discusión y debate por toda Europa, como la conferencia "El Islam en un mundo de cambio", que se celebró en Copenhague, en junio de 1996. En la propia Barcelona, al día siguiente de la clausura de la Conferencia, se inauguraba Euromed, el foro en el que las sociedades civiles de una y otra ribera del Mediterráneo, convocados por el Instituto Catalán del Mediterráneo, propusieron ideas y actividades que dieran contenidos concretos a la Declaración de Barcelona aprobada por los ministros.

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