Comunión de los santos

Sagrada Escritura y Tradición

La palabra santos tiene su origen en el Antiguo Testamento. El antiguo Pueblo era santo porque pertenecía al Santo y sus miembros eran llamados los santos (Libro de los Salmos [Ps] 78,2; Libro de Tobías [Tob] 8,5). En el Nuevo Testamento se aplica la expresión a todos los cristianos, tanto a los que están en la tierra como a los que han conseguido la gloria (cfr. Epístola a los Romanos [Rom] 12,13; 1,7; Segunda Epístola a los Corintios [2 Cor] 8,4; Rom 15,26; 2 Thes 1,10). Se usó por primera vez en la Iglesia de Jerusalén (Hechos de los Apóstoles [Act] 9,13) y san Pablo la usa frecuentemente (Rom 16,15; Primera Epístola a los Corintios [1 Cor] 16,1; 2 Cor 9,1). El término comunión (griego=koinonia; latín=communio), que aparece 19 veces en el Nuevo Testamento, implica directamente propiedad con, e indirectamente la solidaridad mutua y benéfica entre las personas que poseen los bienes en común.

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