Carlos VI en la Rápita : 10

Carlos VI en la Rápita Capítulo X de Benito Pérez Galdós Bien sea porque las prohibiciones reiteradas de El Nasiry me movieran a mayor deseo de lo prohibido, bien porque la holganza diera más espacio a mi curiosidad, ello es que yo quería violar el secreto de aquel oculto mujerío, no por quitarle nada a mi protector y amigo, ni por meterme a seductor de moras, sino por verlas, nada más que por verlas, y dar a mis ojos el sabroso espectáculo de tan interesante aspecto del vivir musulmán. Singularmente aguijaba mi curiosidad aquella Puerta de Dios, belleza única y soberana, al decir de su dueño, la cual no tenía semejante más que entre los ángeles y serafines. Ánimas benditas, ¿cómo sería aquella Bab-el-lah? ¿No me depararía Dios la ventura de ver y apreciar una de sus creaciones más admirables? Bastaríame con una rápida visión de tan sobrehumana belleza, la cual por su perfecta y divina forma no habría de despertar en mí ni el más leve destello de lo...

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