Ariadna

Baco y Ariadna, escultura de Francesco Carradori en la sala de Bona en la Galería Palatina. Palacio Pitti, Florencia. Las representaciones iconográficas de la heroína griega Ariadna la muestran unas veces con un héroe, Teseo, y otras con un dios, Dioniso. Un sinfín de historias, en ocasiones divergentes, dan cuenta del destino, no demasiado afortunado, de la compañera de uno y otro. Hija de Pasífae y de Minos, rey de Creta, las desventuras de Ariadna, o Ariana, empezaron cuando proporcionó al héroe Teseo, su enamorado, el hilo que habría de permitirle abandonar el Laberinto, donde moraba el Minotauro, mitad toro y mitad hombre. Tras dejar Creta en unión con Teseo, éste, siguiendo quizá las órdenes de Atenea, dejó a Ariadna abandonada a su suerte en la isla de Naxos. El destino posterior de Ariadna es objeto de versiones encontradas. Según una de ellas habría puesto fin a su vida en Naxos; según otra, habría encontrado la muerte al dar a luz en Chipre. La versión...

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